La casita de Luz
Habitaciones
Situación
 


Un remanso de tranquilidad en un ricón maravilloso, "El Bierzo"

"Qué hermoso es ver el día"   Antiguamente la Casa del Cura, que el abuelo compro para  dividir las diferentes estancias en casas independientes, comunicadas por el patio central. Una de estas casitas es la que hoy hemos recuperado, rehabilitandola respetando sus materiales, sus muros, su aspecto y sobre todo su esencia, un lugar donde perderte o donde llegar a encontrarte ti mismo.     

                                         

"La casita de luz" se encuentra en Rozuelo, un pequeño pueblo berciano perteneciente al municipio de Folgoso de la Ribera, muy cerca de Bembibre y de Ponferrada, en León. Un rincon en el que se puede disfrutar de la tranquilidad, la belleza y la magia de esta comarca, perfecto para visitar cualquier punto de "El Bierzo".

La casa, totalmente rehabilitada en piedra y conservando sus techos y vigas de madera, se distribuye en dos plantas. En la planta baja hemos dispuesto el hogar, un espacio en el que hemos integrado la cocina con el salón.


"Coronado de fuego levantarse"              La cocina cuenta con nevera, placa vitrocerámica y microhondas para que puedas preparar tus propias comidas, una gran mesa de comedor para seis comensales y una alacena donde encontrarás todo lo necesario en menaje de cocina para que te sientas como en casa. 

La cocina con sus pucheros y cacerolas, donde el olor a humo todavía se mantiene en el ambiente despertando nuestros sentidos, se comparte el salon, decorado con el cálido regusto de lo antiguo y sin embargo con los elementos del confort más actual.

y, a su beso de lumbre"  En el rinconcito del fondo, presidido por una chimenea de esquina, hemos organizado el salón con un sofá, que además se transforma en una confortable cama para la noche por si te apetece dormir a los pies de la chimenea. También encontrás una gran mesa de centro, el mueble de la televisión y un  aparato DVD con una colección de películas para las frias noches de invierno.

Desde el salón-comedor se accede a un patio interior cerrado con unos escaños donde sentarse para poder disfrutar del fresco, en un riconcito del patio esta el pupitre que rescatamos de la vieja escuela del pueblo donde estudió nuestra madre.

"brillar las oas y encenderse el aire"

Si nos acompañas subiremos al piso de arriba para ver los dormitorios.

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